martes, 29 de marzo de 2016

Biografía, sinopsis, prefacio, cita y dedicatoria.



 




Francisco Izquierdo Herrero. Nació en España, el día 21 de noviembre de 1963 en Plasencia (Cáceres).

Albañil que, al verse afectado por la crisis que atraviesa el país desde el 2008, y el sector de la construcción, en especial, optó por matricularse en el año 2010 en un Centro de Educación Secundaria Para Adultos, con la intención de obtener el equivalente a Graduado Escolar de Estudios Primarios en Miranda de Ebro (Burgos), ciudad donde reside desde 1994, y fue a partir de su paso por el Centro cuando se interesó por aprender a escribir siguiendo las normas gramaticales, con el fin de escribir sobre todo aquello que le preocupa y siente necesidad.

Le gusta manifestar en público y cada vez que se presenta la ocasión que: es amante de la naturaleza, le gusta practicar la pesca sin muerte, pasear por las riberas, los montes y observar el comportamiento de cuanto le rodea y considera que, para ello, no hay nada mejor que caminar en soledad y dejarse llevar por los pensamientos hasta dónde estos le quieran llevar.


Sinopsis



Sinopsis




El protagonista es una persona normal y corriente como otras muchas, que sin ser natural de la ciudad donde reside la siente tan suya como a la que le vio nacer en la alta Extremadura. Este, carga a sus espaldas algo más de medio siglo, y sobre sus pies ciento y muchos kilos. También es de poco pelo pero bien peinado, tal y como acostumbra a decir el nieto de Cachetina cada vez que ambos se encuentran por la ciudad, el mismo que cuando iba a la escuela tenía que escuchar a jóvenes y adultos gritando «¿A dónde va el nieto de… con tanto frío y sin gabardina?», a lo que este con orgullo respondía «Pero llevo abrigo y esta cartera de cuero», portando a sus espaldas el curtido maletín que había sido hecho a mano por su abuelo y que era la envidia de cualquiera, sin importarle lo más mínimo que tratasen de mofarse de la precariedad que arrastraba tanto él como sus ascendentes, algo que por aquel entonces al igual que ahora: afectaba a un gran número de familias. El protagonista está habituado a tener que adaptarse a las situaciones que la vida le plantea como a cualquier hijo de vecino que no tenga padrino, y como consecuencia de ello le surgió la necesidad de proponerse una meta cuya posibilidad; por primera vez en él, le hace dudar de si lo conseguirá o no. Pese a ello, no cejará en su empeño de alcanzar el reto que él mismo se ha propuesto: por entender que es tan justo como necesario. Y a diferencia de otras veces en las que tuvo que sufrir y esforzarse para lograrlo, en esta se siente orgulloso de haberse marcado el objetivo con el fin de que el beneficio revierta sobre la Humanidad y el medio en que habitamos. 

Prefacio


Tal y como si de un teorema se tratase, previa adaptación al contexto literario; en la Bitácora que comenzó alojando el Grupo: La ciudadanía de Miranda de Ebro opina, aprende y comparte, se podría hallar el porqué no es posible un mundo mejor. Un mundo donde sus integrantes gozásemos de las mismas posibilidades, con respecto a la hora de hacer frente a las vicisitudes que la propia vida nos suele ir adjuntando sin hacer ningún tipo de distinciones a todos y cada uno de los seres vivo e inertes que formamos parte de la Tierra y, por ende, de la Vía Láctea y del propio Universo. Un derecho que, además de estar recogido constitucionalmente, nos pertenece por Ley de Naturaleza y que, a día de hoy, no es más que una utopía como consecuencia de la Escala Social; sin duda alguna, la mejor de todas las herramientas que utilizan los que ostentan el poder, los mismos cuyo único fin: no es otro que el propio beneficio, sin importarles siquiera lo que realmente está en juego…


El cambio es ley de vida. Cualquiera que sólo mire al pasado o al presente, se perderá el futuro.

John Fizgerald Kennedy, político democráta estadounidense (1917-1963)



Dedicado:

A todas aquellas personas que ajenas a su voluntad se hayan en el umbral de la pobreza, por entender que, además de ser justo y necesario, un Mundo mejor es posible y que para conseguirlo bastaría con proponérselo, ya que: ni siquiera sería preciso cambiar de Sistema, y con acatar lo que está legislado sería más que suficiente para disfrutar de un derecho que nos otorga la propia Ley de la Naturaleza, y que, por culpa de la Escala Social, nos vemos privados de él, por el hecho de  permitírselo a quienes ostentan el Poder.